Os ofrecemos un cuento, a través del cual los más pequeños podrán iniciarse en la aventura del ciclo del agua.
"La Nubecita Viajera"
En el medio de un cielo muy azul, había una NUBE muy
jovencita, regordeta, blanquisíma, que tenía muchas ganas de pasear por los
mundos, de conocer un poco esos lugares tan lejanos que hay por todos esos
cuadraditos de abajo.
Se puso a llamar a su amigo:
Vieeeeeeennnnntooooooooooo, veeeeeeen, dijo con la voz mas fuerte que pudo.
Al ratito vino alegremente dando mil vueltas preguntándole que quería. La fue
soplando arremolinadamente divirtiéndose mucho ya que parecía que la estaba
centrifugando.
¡Así no!¡Que me mareo!, le dijo la nube al viento.
Y cuando las nubes se marean llueven, empezó a llover como loca la pobre,
tanto
que terminó siendo un pequeño lago. Estaba bastante enojada la nubecita, porque
además haberse mareado ahora estaba anclada a la tierra en forma líquida, no
podría moverse mas de ahí.Empezó a hacer muchas olitas, a hacer olas grandotas
que volvían otra vez a reunirse con el resto del agua.
Tanto se agitó que se
agotó y empezó a transpirar a chorros, además el calor del suelo hizo que
transpirara y se evaporara, tanto que al rato no quedaba mas ni una gota de
agua en el suelo, se había vuelto al cielo tan blanca, gordita y joven como
era.
Buf, buena me la hizo este viento loco, dijo sacudiendose un poco.
Decidió que mejor se las arreglaba solita para moverse por su cuenta, hizo plaf y le salieron dos patitas, despues
hizo Plif y le salieron dos bracitos, así podría
caminar y agarrar cosas si quería. Por uno de aquellos horizontes había una
lluvia con sol, hacia allí se dirigió alegre y felíz. Cuando llegó pidió
permiso para pasar entre las nubes que estaban contandose toda clase de
historias, chismes y bromas. Cómo se divirtió cuando vio el arco iris, se
acercó a el y empezaron a hablar.
Hola nubecita, ¿quieres deslizarte por algun color mio?, le preguntó muy
amable el arco iris. ¡Uy si! ¡Me encantaría!, pero.... ¿no me voy a caer? ¿no
me voy a hacer daño?, le dijo la nubecita. No, te agarras bien de un color y
despues te dejas llevar por este hasta el suelo, pero ten cuidado con el
aterrizaje, le advirtió el arco iris.
Se sentó sobre el rojo, le parecía un color de lo mas raro y divertido, tanto
azul por todos lados era ya suficiente para ella. Se agarró fuerte..
A la una... a las dos... y a lasssss tressss...... ,dijo la nubecita
deslizandose muy rapidamente hacia abajo.
Iba muy rapido ya le estaba ardiendo un poquito el trasero de tanto bajar....
al ver que ya casi se terminaba la bajada no sabía muy bien qué hacer... entre
tanto pensar se le acabó el arco iris e hizo pum-pum-pum,
contra el suelo, diciendo tres fortísimos Ay
Ay Ay.
Mientras iba subiendo camino al cielo se frotaba el trasero y le agradeció al
arco iris. Un poco mas allá se oían unos truenos, al llegar a ese lugar la
nubecita encontró a unas cuantas nubes grandotas, gordotas, y muy mayores que
estaban probando puntería con los relampagos. Las observó como lo hacían, y le
divertía mucho así que les pidió si podia ella tambien probar. Se rieron mucho
todas, diciendole que ella era muy blanquita, chiquitita, y joven para poder
hacer eso. Se juntaron dos y tiraron un relampago tremendo, haciendo mucho
zig-zag y mucho Trua-a-a-a-AAAAmmm.
La chiquitina se sentía mas chiquitita todavía y se fue poniendo de repente un
poco gris, sacó un relampago, lo tiró con fuerza, tanto que se quedó dando
vueltas como un trompo, pero el ruido fue un timido Trua- a- j cortito, y rapido. Las dos nubes que
habían tirado uno tan grande recién, se pusieron a cada lado de la nubecita, y
la ayudaron a tirar el relampago mas largo zigzagueante y ruidoso de esa tarde.
¡Qué contenta estaba!
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